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Del Boca de Centurión al de Cardona, la diferencia está en el pie de derecho

por Raúl Armando Pérez

“Usted notará la diferencia en el pie derecho”, decía una vieja publicidad de nafta de los años sesenta, aludiendo a que la aceleración del automóvil iba a ser distinta si se utilizaba la marca de marras.

En el mismo sentido, la diferencia que surge evidente entre el Boca del primer semestre de este año, con Ricardo Centurión como sello distintivo en el armado de la función ofensiva y este Boca que asoma con Edwin Cardona como referente de esa misma faceta del juego, es un tema de velocidades.

“Cardona es más Riquelme que Centurión”, alertó en declaraciones radiales Mario Zanabria y la obviedad vale porque quien la expresa es una autoridad pero atención, que lo dicho no implica que el colombiano se parezca demasiado al ídolo en retiro.

Van a ser equipos distintos, Cardona no puede jugar de Centurión y su presencia llevará hacia otra identidad, más pausa, menos vértigo, elaboraciones más complejas.

Cardona no puede ser Riquelme porque no es enganche, prefiere por lo general partir desde la izquierda, su participación es frecuente pero no necesariamente es el eje de circulación.

En principio, puede suponerse que las asociaciones con Fernando Gago y con Pablo Pérez van a ser más fluidas que cuando estaba Centurión porque el egresado era eléctrico, también menos previsible, quizá menos colectivo.

La jugada del gol de Boca a Villarreal, con una variada sucesión de toques y participación de casi todos los jugadores antes del doble encuentro final entre Gago y Cristian Pavón, tal vez fuera poco probable con Centurión en la cancha, porque si la pelota pasaba por Centurión en los últimos metros de cancha, allí mismo se cambiaba el ritmo.

Hubo una en el segundo tiempo, falla defensiva de Villarreal, en que a Cardona le quedaron cuarenta metros para irse solo hacia el arco rival pero la falló la caja de velocidades, no tuvo quinta y la acción se diluyó, era una situación de juego ideal para la impronta de Centurión, no para la de Cardona.

Un detalle que ya se hace notorio es que Boca ha ganado mucho en las jugadas de balón detenido desde la izquierda, una carencia del equipo anterior que ahora pasa a ser arma predilecta, se vio con Nacional y también con Villarreal.

Si alguien había supuesto que Cardona podía ser volante por izquierda en un 4-3-3, olvídelo, el colombiano no tiene retroceso, el equipo quedaría rengo, Guillermo Barros Schelotto lo tiene claro.

Un aviso a tener en cuenta: es “pachorriento”, el Edwin. Así como entró muy bien en el hincha en estos primeros minutos de mutuo conocimiento, en la medida en que las cosas pudieran empezar a no salirle, el hincha se va a impacientar con él pronto, muy pronto.

(*): DyN.

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